Osteointegración 

Osteointegración 

Plan : 

Definición  

1. Historia de la osteointegración  

2. Respuestas óseas que conducen a la osteointegración 

  2.1. Respuesta ósea del hueso esponjoso 

 2.2. Respuesta del hueso cortical  

3. Factores que influyen en la osteointegración  

3.1. Materiales utilizados  

3.2. La forma de los implantes  

3.3. Estado de la superficie  

3.4. El estado del sitio del implante 

 3.5. Técnica quirúrgica  

3.6. Estabilidad primaria  

3.7. Condiciones de carga  

4. Criterios de éxito de la osteointegración 

5. Fallos de osteointegración Conclusión Bibliografía  

Osteointegración 

1- Definición: 

Originalmente en 1977, Bränemark definió la osteointegración como “aposición ósea directa sobre la superficie del implante sin interposición de tejido fibroso”. 

En 1985 lo definió como “una unión anatómica y funcional directa entre el hueso vivo reelaborado en la superficie de un implante que soporta una carga protésica”. 

En 1990, Zarb y Albrektsson propusieron una nueva descripción de la osteointegración: “es un proceso mediante el cual se logra una fijación rígida y asintomática de un material aloplástico y se mantiene en el hueso durante la carga funcional”. 

2- Historia de la osteointegración:  

En la década de 1950, Brånemark estudió la circulación sanguínea y la reparación ósea. Luego planea implantar una cámara óptica de metal en un hueso largo.

  Sin embargo, no sabe qué metal elegir para que estas estancias sean bien toleradas.  

Un cirujano ortopedista, Emneus, está estudiando varios metales para fabricar prótesis de cadera. El titanio le pareció prometedor, pero en aquella época era un material poco conocido. Se utiliza principalmente en la Unión Soviética en la industria nuclear.  

Brånemark consigue conseguirlo e implanta sus cámaras ópticas en titanio. Una vez terminado el experimento, resultaron difíciles de retirar, por lo que tuvo la idea de utilizar el titanio en cirugía ósea, más concretamente como implante dental, para estabilizar una prótesis soportada por implantes.

alcance (primer paciente en 1965). La experimentación animal con perros se lleva a cabo Figura 1: Osteointegración según lo descrito por Brånemark, contacto directo de la superficie del hueso con el implante bajo microscopio electrónico. 

con prótesis soportadas por implantes, fue publicado en 1969. Reporta una estabilidad a largo plazo de la interfaz del implante dental de al menos 4 años. Con esta publicación, Brånemark y sus colegas están entre los primeros en defender la idea de que la durabilidad de un implante dental depende del contacto directo, sin interposición fibrosa, entre el hueso y el implante.  

En 1977, idearon un nuevo término para reflejar esta realidad, decididamente nueva en implantología: lo llamaron «osteointegración» en inglés o «osteo-integration» en francés.  

Muy tempranamente, el Profesor Emérito reconoció el potencial de esta nueva tecnología en el campo de los implantes dentales que traería un cambio de paradigma en el tratamiento del edentulismo.  

De hecho, su equipo de investigación fue el primero fuera de Suecia en replicar y verificar los resultados clínicos obtenidos por el equipo de Brånemark y un gran número de pacientes en América del Norte están en deuda con el Profesor Zarb por organizar la Conferencia de TORONTO sobre Osteointegración en Odontología Clínica en mayo de 1982. De esta manera presentó la nueva técnica a la atención de la comunidad académica.  

Esta iniciativa única hizo que el uso de implantes dentales para el tratamiento del edentulismo estuviera disponible para el público en general mucho antes de lo que era habitual con las nuevas modalidades de tratamiento, cuya implementación a menudo tardaba años. 

3- Respuestas óseas que conducen a la osteointegración 

La reacción ósea a la implantación no es específica. Sigue las mismas reglas y secuencias de reparación ósea, comunes a cualquier ruptura de tejido óseo: fractura, perforación o injerto. Finalmente, después de la curación, el hueso recién formado ya no se puede distinguir del hueso preexistente. 

-3-1- Respuesta ósea del hueso esponjoso: 

Fase 1: Formación del coágulo  

La sangre es la primera sustancia que entra en contacto con el implante. Permitirá (gracias a las plaquetas que se desgranulan y liberan los factores de crecimiento) atraer células indiferenciadas al sitio de la herida mediante quimiotaxis. 

Fase 2: Formación de una red tridimensional de fibrina  

Cuando se forma el coágulo, se establece una red de fibrinas. A esto le sigue la neoangiogénesis local. Las células neodiferenciadas osteogénicas luego migran a la superficie. Esta migración en la proximidad inmediata de la superficie del implante provoca una cierta retracción de las fibras. Dependiendo de si las fibras resisten o no a esta tracción, la osteogénesis continúa en osteogénesis de contacto u osteogénesis a distancia. 

Fase 3: Aposición ósea primaria  

  • Osteogénesis de contacto: Si las fibras están bien ancladas a la superficie y resisten la tracción celular, las células osteogénicas pueden llegar directamente a la superficie del implante. Las células se fijarán luego al hueso de forma centrífuga y centrípeta para asegurar la inmovilización del implante en la estructura ósea. 
  • Osteogénesis a distancia: Si las fibras no resisten la tracción de las células, las células osteogénicas no pueden alcanzar directamente la superficie del implante y quedan a distancia. Luego se realizará la aposición ósea desde los bordes de la línea de perforación hacia la superficie del implante. 

– Fase 4: Aposición ósea y osteointegración  

Después del inicio de la aposición ósea, el hueso recién formado pasará por etapas de maduración y remodelación. Se transforma en hueso laminar y luego en hueso de Havers; A medida que madura, sus propiedades mecánicas aumentan.

  1. Inmovilización del implante en el hueso 2) Hematoma. 3) Zona ósea dañada. 4) Hueso no dañado 5) Implante. 6) El hematoma se convierte en hueso. 7) El hueso dañado aún se está curando. 8) Remodelación ósea 

Figura 2: Respuesta fisiológica del hueso después de la colocación del implante. 

-3-2- Respuesta del hueso cortical: 

Es diferente al del hueso esponjoso. La remodelación ósea en contacto con la superficie del implante sólo ocurre más tarde. Primero pasa por reabsorción local; La osteointegración sólo se produce después. 

4- Factores que influyen en la osteointegración: 

La osteointegración depende de seis factores, definidos por Albreksson: 

  1. Materiales utilizados: 

La biocompatibilidad del sistema de implante depende del biomaterial y de las características de la superficie: la composición de la superficie y el estado de la superficie. 

 El Titanio (Ti) es elegido en implantología oral por su excelente biocompatibilidad, que combinada con sus propiedades mecánicas, permite cumplir con los requisitos de un implante, tanto desde el punto de vista de toxicidad como también de las funciones que el implante debe proporcionar. 

 La biocompatibilidad del titanio está asegurada por una capa de pasivación de TiO2 que lo protege de la corrosión, además el titanio es químicamente inerte. 

  1. La forma de los implantes: 

Originalmente existían dos formas principales de implantes: tornillos y cilindros. El proceso de osteointegración requiere un estrecho contacto entre el implante y el tejido óseo. Las caras inclinadas de la rosca de un implante atornillado aumentan la superficie de contacto del implante. Este tipo de implante es por tanto muy favorable para una buena osteointegración. 

  1. Estado de la superficie: 

Las características de la superficie del implante, como la rugosidad, la composición química y la energía, tienen una influencia directa en la respuesta del tejido, incluida la osteointegración, al afectar la resorción de proteínas y modular la proliferación y la diferenciación.  

  1. El estado del sitio del implante: 

Las condiciones de los huesos y las mucosas son importantes. El estado del sitio analizado a partir de los elementos radiológicos depende de la anatomía local, en particular del tipo de hueso y su cicatrización. El éxito de la osteointegración está íntimamente ligado a este factor del que dependen las condiciones de carga. 

  1. La técnica quirúrgica: 

Un aumento local de la temperatura durante la perforación provoca necrosis del tejido óseo en la proximidad de la línea de perforación. Esta necrosis induce la formación de tejido fibroso periimplantario en lugar de la osteointegración. 

Los estudios han demostrado que el hueso no puede soportar temperaturas superiores a 47 grados durante más de un minuto. Por otro lado, mantener una temperatura de 50°C. 

La técnica de molienda debe permitir que no se supere esta temperatura. Se realiza paso a paso utilizando bosques de tamaños crecientes y calibrados y bajo riego con una velocidad de rotación lenta (menor a 1200 rpm). 

  1. Estabilidad primaria: 

La estabilidad primaria es un factor determinante para lograr la osteointegración. Se obtiene esencialmente por la porción del implante en contacto con las tablas óseas corticales. El maxilar suele tener una corteza externa delgada.  

En huesos de baja densidad, la estabilidad primaria aún se puede lograr mediante una preparación insuficiente del lecho del implante. Se omite el roscado así como generalmente el paso de la última fresa, también es posible preparar el sitio del implante utilizando osteomas que condensan localmente el hueso de baja densidad o utilizando implantes autoperforantes. 

  1. Condiciones de carga:  

Este parámetro ha evolucionado mucho a lo largo de los años, pero originalmente Bränemark recomendaba colocar los implantes en una nodriza y diferir el tiempo de carga de 3 a 8 meses. 

  1. Criterios para una osteointegración exitosa:  

La osteointegración es un requisito previo para el éxito de un implante. Albretksson, Zarb, Worthington y Eriksson definieron en 1986 los criterios de éxito de un implante: 

  • El implante debe permanecer inmóvil durante la prueba clínica. 
  • La ausencia de áreas radiolúcidas alrededor del implante debe ser evidente en una imagen retroalveolar de buena calidad con suficiente definición. 
  • La pérdida ósea debe ser inferior a 0,2 mm entre dos exámenes espaciados un año entre sí, siendo la pérdida ocurrida durante el primer año de la operación del implante, como máximo igual a 1,5 mm. 
  • Deben estar ausentes muchos signos clínicos subjetivos y objetivos persistentes y/o irreversibles: dolor, infección, necrosis tisular, parestesia o anestesia de la zona implantada, comunicación buco-sinusal o buco-nasal, efracción del conducto dentario inferior. 
  • La tasa de éxito a los 5 años debe ser del 85% y del 80% a los 10 años para hablar de una técnica exitosa, con base en los criterios previamente definidos. 

Los autores destacan la necesidad de mantener los resultados a largo plazo. 

Cuadro. Criterios de éxito según las escuelas  

 Criterios de éxito de Buser Criterios de éxito según Albrektsson 
Movilidad Ausencia Ausencia 
Radioclaridad Ausencia Ausencia 
Infección Ausencia de infección con supuración. Ausencia de síntomas y signos infecciosos persistentes 
Signos objetivos y subjetivos Ausencia de signos como dolor, sensación de cuerpo extraño y/o disestesia Ausencia de síntomas y signos persistentes de dolor, neuropatía, parestesias e intrusión del canal mandibular. 
Tasa de éxito incógnita Tasa de éxito del 85% al ​​final de un período de 5 años y del 80% a los 10 años. 
  1. Fallos de osteointegración: 

Las fallas se pueden clasificar según el momento de colocación de la prótesis en fallas tempranas o tardías. Se producen respectivamente antes o después de la fase protésica. 

Pueden deberse a: 

– Calentamiento del hueso durante la preparación del sitio receptor. 

Figura 3: Fallo de osteointegración deFigura 5: Entrenamiento de implantes. Figura 4: Implantes extraídos tras fallo de osteointegración. de tejido fibroso inflamatorio alrededor del implante. 

Conclusión  

Ilustración que muestra los fenómenos celulares en la interfaz del osimplante durante el período de cicatrización. (Ilser T., 2011) 

Bibliografía:  

  1. Albrektsson T, Sennerby L. 1991. Estado del arte en implantes orales. Revista de Periodontología 18(6):474–481. 
  2. Alvarez, J.; García-García, C; Lundgren, Alaska; Sur, YT. y Gottlow J. (2000). Estudios experimentales sobre implantes oxidados: un análisis histomorfométrico y biomecánico. Investigación en osteointegración aplicada, 1, 21-24. 
  3. ALBREKTSSON T, ZARB G, WORTHINGTON P, ERIKSSON AR. La eficacia a largo plazo de 

Implantes dentales utilizados actualmente: una revisión y criterios de éxito propuestos. Int J Implantes Orales Maxillofaciales 1986; 1 (1): 11-25. 

  1. Asbjorn J; Osteointegración e Implantes Dentales; 2008 John Wiley & Sons. 
  2. Att W, Tsukimura N, Suzuki T, Ogawa T. Efecto de las características de rugosidad supramicrónica producidas por el grabado ácido de 1 y 2 pasos en la capacidad de osteointegración del titanio. Int J Oral Maxillofac Implants 2007;22(5):719e28. 6. Bally J. Estudio cuantitativo de la rugosidad de la superficie de los implantes dentales. Universidad de Nancy 2011. 

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